Thursday, December 29, 2005

A unos cuantos días de ti

Me estoy consumiendo muy lento, entre los demonios de la ira y la impotencia, y aunque tengo la convicción de enfrentarlos, aún no sé hasta dónde me lleve la pelea.
Me siento y eso ya es ganancia, tengo realmente ganas de deshacerme de todo aquello que me sofoca, pero las cosas no son así de fáciles, siempre debe de costar la lucha y yo hoy no quisiera luchar, me lleva algo más allá llamado corazón, y a veces me traslada a lugares muy lejanos, tan fuera de las realidades y de las necesidades terrenales que se olvida de todo lo que tiene que recordar y recuerda aquello que debería olvidar.

Pensé que estaba bien, sólo pensé que estaría bien, pero el ciclo de errores del ser humano es tan extenso y tan disperso, que ahora sé que a pesar de los dolores y de las penas, de las lecciones que me enseñaron con lágrimas y sangre, aún me falta tanto. Y vislumbro el camino muy lejano, tan extenso y tan complicado, no es necesario que me digan…. “ya me dirijo hacía él” ya estoy encaminada.

Sólo creo que el estado en el que me siento, el status quo más súbito que se me ha presentado, me ha llevado a tantos conflictos, tantos pensamientos, tantos, tantos que ahora el resultado arroja que…


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No te voy a encontrar nunca, en ningunos ojos, en ninguna mente, porque me deshice de ti hace mucho tiempo, y me muestro inmadura y compleja, y me gusta sufrir lo sufrible, y así soy porque así quise serlo. ¿Has pensado alguna vez en mi antes de amanecer, y antes de cerrar tus ojos a la última visión de tu día? Yo sí constante y compulsivamente.

Estar loca no es sencillo, créeme
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No sé qué sea, creo que no es nada, pero me lamentó de haber creado algo en donde no había nada, perdón porque fue mi actitud la causante de convertirme en una de las cosas que más me ha hecho sufrir.

Ni quería reflejarme en tus ojos, ni quería sentir tu mirada, ni quería extrañar tus labios, que se me han de olvidar mañana, porque pasarán a ser un recuerdo, de los que por ser vanos no hieren, porque aquellos que se arraigan en el cuerpo, se clavan muy duro en el alma.

No voy a prometerme nada, ni a prometérselo a nadie más, porque al fin y al cabo los engaños, son las acciones que más duelen. Si pudieras regresarme la confianza para sentir, una vez más sentir lo que se fue tras de ti, si pudiera yo regresártela a ti, porque conciente estoy; más de lo que quisiera el alma, que si me he provocado un dolor, fue de consecuencia y causa.