Sunday, February 03, 2008

Te tengo conmigo...

Como una estampida de aves, se anuncian los estragos de la insistencia,
de conservar en el pecho un tibio presagio,
que se ha de convertir en un ardiente recuerdo a tristeza.

Te subes entre los colores de un insonmio, le entregas las sonrisas de tus eras,
y el latir de aspirar tan hondo,
que sientes cómo te tuercen las entrañas, los tiernos olores sabor a madera.

Das entonces un portazo al alma,
porque si ha de cerrarce no ha de ser de otra manera,
porque conocer tus poros no fue corto;
han llevado a inspiraciones lejanas y con ellas decorar nuevos planetas.

पर कोनोसर उन एम्ब्रिअगो

Antes de que comience a oler muerto, recoges los colores que ha perdido lo tirado, te los guardas entre los bolsillos de una risa... y los conservas para observarlos de vez cuando.

Parecen disponibles a tus cesos, que fraguarán muy de seguro alguna nueva forma de autocomplaciencia, ¿ve a saber tú, qué tan sádica sea en esta nueva cuenta? yo los avivo de leños pesados, que al parecer le caen bien al fuego intenso que emanan, porque parecen olas devorando un pedazo de viento... En fin, un pequeño sueño más que poner en la lista de pendientes.

Entonces caes en cuenta, que se terminó la dósis de hace unas carcajadas, y ya no está lleno el tanque de las tripas hechas nudo, es momento de ir a entregar más caricias reprimidas en la calle de los muertos, de los que traen cargando pedazos de alma mutilada, la que se les asfixió hace tanto (claro, es que no vienen con instrucciones)...

Lo encuentras y piensas, no más bien sientes: "¿será que es ésta la sensación que ando buscando? Se aviva el temblor y ese miedo, que el corazón en forma de estallo te hace sentir, ha de ser que guardar tanto nudo en la garganta, ya implotó las conexiones de las sensaciones.

Una vez más la historia de las pérdidas, el recuento del martirio y el quejar de los años, una vez más otro tequila al vaso... y es que, hace falta raspar la rabia que las malas vibraciones ya han provocado.

Sodomas, con resquicios de eufenimos vagos... no era éste tampoco..

¡Diablos!

Buscas en donde no encuentras. ¿Será que no quieres encontrarlo?

Hace falta navegar en las orillas del centro, para acercarse a la intensa marea, del corazón acongojado.

Tal vez así puedan concordar los cables.