Tuesday, May 05, 2009

Alguien olvidó cerrar la llave en día de asueto

Era un día de asueto obligado para las instancias del sector público. Este lunes 4 de Mayo todo aquello que no fuera indispensable no tendría porque ser abierto, producido o atendido, esa fue la orden de los mandatarios Estatales y Federales ante el brote de influenza humana. Desde el pasado viernes se tomó la decisión de no abrir ningún sector laboral que no estuviera relacionado a la atención de esta pandemia, inclúyase servicios públicos, como es el caso del Registro Civil.

La medida pudo ser muy prudente, por la “amenaza de pandemia” que rondaba la ciudad, sin embargo también nos arrojó claro y en la cara, muchas de las carencias que como sociedad venimos arrastrando desde hace tiempo: desde la falta de higiene en el lavado de manos, hasta la severa voracidad con la que acaparadores y oportunistas están dispuestos a hacer de una tragedia su mejor fortuna al revender los tapabocas hasta en 20 pesos cada uno. Todo quedó al descubierto, la problemática de nuestra entidad radica sino en la falta de interés por cuidar el bien de todos y así cuidarnos a nosotros mismos.

Una llave abierta dentro del Registro Civil 10 del gobierno estatal, dejó un largo charco de desinterés, de falta de ganas y desperdicio en nuestra ciudad. Ni en la administración de Monterrey que dentro de cinco años no sabe de dónde tomará agua, ni en los diferentes números de emergencias y denuncias ciudadanas se interesaban por involucrarse en el problema. No fue fácil denunciar el desperdicio; el número de denuncias de Agua y Drenaje no puede ser marcado desde ningún celular, ni teléfonos públicos. Conseguí al fin el número de Elizabeth Cerda (vocera de agua y drenaje) quien se limitó a tomar los datos y colgar, jurando que el servicio 073 es eficiente, sólo que yo no lo pude usar. Tardé más de 50 minutos en hacer esa llamada.

En realidad sólo esperé 20 minutos más, nadie llegó, la fuga continúo, los caminantes seguían su viaje, el agua continúo su desperdicio, y las advertencias a los medios de comunicación, a la administración de Monterrey y a los servicios de Aguada y Drenaje, de nada sirvieron para mejorarlo.

Era un día de libre para ellos y el inoportuno olvido de haber dejado una llave abierta, no era motivo de interés para un gobierno que desperdicia lo que ya casi no tiene, y el día de mañana jamás recuperará. Después de todo sólo deberían trabajar para lo indispensable, y en Nuevo León una fuga no es indispensable.