Friday, August 25, 2006

¿Quién te dijo que éste mundo era justo?

¿Será que se puede con tan poquita percepción a terceros? Y no es que la respuesta importe mucho, porque ya me lo habían dicho alguna vez ¿Quién te dijo que éste mundo era justo? Así como un reclamo, como si yo hubiera elegido entre tantos ése, el que está ahí entre Venus y Marte, ese que tiene como tierrita entre tanta agua. ¡Bah! Si supieran, por mi hubiera elegido Marte y así de perdido me acoplaría con mis parientes, los microbios, ellos sí sabrían de entenderme y dejarme cargar mis penas, con un poquito de indiferencia fría, o bueno más bien, congelada.

En cambio me tocó la tierra, que para colmo está llena de agua y habitada de seres que no por “civilizados” dejan de ser unos “animales” después de todo lo traen en la genética, así es que si alguna vez se preguntan ¿Por qué? Recuerden que la respuesta ya la tenían: “porque es un animal”.

Eso sí, que buenas los placeres mundanos de este globito, eso de comer engorda, el sexo te agobia, las drogas te encarcelan o enloquecen, el alcohol te inflama y te enferma y lo demás, está prohibido por alguna iglesia, poder legal, moral o peor aún… nomás por la sociedad.

Y no es que esté ante ustedes, la más encabronada, quejona, mal parida o inconforme, hija de la madre tierra, sólo hago apuntes, sobre posibles aclaraciones, que mis semejantes (pero no muy parecidos) pudieron haber aludido alguna vez. Al fin y al cabo también me han llamado loca mil quinientas y contando de veces, y yo sólo con el tiempo, lo aprendí hasta escuchar con orgullo. De perdido soy loca conciente, y a veces hasta me ocupo de solucionar uno que otro de mis desplantes, en cambio hay algunos que viven locos sintiéndose cuerdos, y no les menciones el psiquiatra, porque ese “es solo para locos muy locos”

Pero ante la adversidad, tan sólo se recomienda calma, así es que para utilizar las alternativas, voy a utilizarlo todo, al fin y al cabo, ¿Quién me puede juzgar en un mundo tan injusto? Y si me juzgan total, el veredicto no será justo. Porque una vez más se basará en ese argumento injusto ¿Quién te dijo que éste mundo era justo?

Me entregaré a los placeres, con mis pizcas de conciencia resonante, dejos de culpas y ansiedades atoradas, que eso sí, se arrastran sumisas ante la belleza de una buena tarde, de un mar en calma, de una montaña congelada como paisaje, o la inmensidad de un lugar en donde nunca pisarán hombres sin sed de esperanza, como inyectando morfina al cáncer de mis miedos, mis enojos y corajes. Está bien yo no pedí éste mundo injusto, pero cómo diría cualquiera. ¿Pues qué se le hace?

Wednesday, August 02, 2006

Manos frías

Dame un día lindo... aunque sea en una imagen borrosa, tomada por percepciones mundanas, espirituales o irreales. No me importa de dónde lo inventes, no me importa cómo lo hagas, lo que me importa es que al tocar tu mano, te pueda compartir esta brisa y efusión de emociones dislocadas, que han de provocar tus tonos, inspirados de no sé qué, pero que tomen mi alma.

No quiero que lleve flores, ni que tenga colores armónicos, no me importa que sea de palabras ya dichas, mientras que me las digan tus labios, o lo que en ti se desee expresar. Ojalá tuviera la vida, para vivir de emociones incineradas, Las ha incinerado este tiempo, entre monotonía y deseos de vivir en otra galaxia.

Cuéntame cómo te fue anoche, y mientras me hables, mírame a los ojos, y pídeme no decir nada. Expresáme tus pensamientos, con sólo rozarme tu aliento... dime que me deseas, sin desirlo y sin desabrocharte nada, porque el maldito deseo se vuelve tan denso, como se vuelve denso repirar con una lluvia de lágrimas.

Ojalá se me quitará lo melancólica, y a ti la vida te enfriará menos las manos, sobretodo cuanto te levantas.