Thursday, July 13, 2006

soldealba: 07/13/06

soldealba: 07/13/06

Se llamaba...

Heme aquí, emergiendo de un nuevo cultivo de remaches, que quedaron de otros pensamientos y de cosas sin objetivo, por cierto, creo que lo podría resumir en algo que llamaba vida.

De pronto me encontraba ahí, sola, para ser franca sí podía observar mucha gente, aunque supongo que no era la primera vez que alguien tiene ese sentimiento de estar solo, cuando está fisicamente rodeado de gente. En fin que no sé si eran los tiempos, o mis malas observaciones para elegir la compañía, que entre las migajas de uno y otro, me volví peor que la diosa Coatlicue, sólo que mis faldas eran de vergüenza y no de serpientes, que buena falta me habrían hecho para confrontar mis compañias.

De unos salía casi en rastras, a otros me les escape en los sueños, algunos me lucharon y tentaron más de una vez las ganas, pero ya estaba decidido, lo iba a cambiar todo con tal de no volver a sentir ese dolorcito arriba en el estómago (creo generador de mi gastritis) que me tentaba hasta el deseo de continuar mis días sobre este tierra. No, no, no, me repetía mil y un veces a mi misma, ¿Qué te ha de faltar para dejar a un lado esos quereres unilaterales, que no te dejan más que deudas en tu alma? ¡Diablos, centellas y buitres! si yo no lo quiero dejar, si yo necesito de él para vivir, ¿Qué no ven que sí me estoy muriendo por no estar con él? malditos sentimientos más arragaidos que un asesino confeso, pensaba, y eran precisamente los momento con él, los que más me dolía desarraigar.

Compañera, buena amiga, le decía hipocritamente a mi llamada conciencia, te prometo que hoy y basta, sabiendo que le mentiría otra vez. Como mis compañías eran muy francas y de ideas muy de acuerdo con la época abierta, no eran pues quienes contribuían a que se cumpliera la promesa que en la conciencia aguardaba. "Déjalo a él", "te falta ignorarlo", "déjalo pues ya ya", "déjalo", de mil y un formas se expresaba la conciencia, pero me la pasaba más abajo que lo que llaman arco, la dejaba a ella, más pisoteada que las suelas del zapato.

Vamos a hacer un trato, alguna vez propuse a mis irracionales sentimientos, como con locos no se razona, entonces dejaré de razonar con mi conciencia, y apelare al destino, a que corroa el lazo que aún me unía a esos sentimientos, porque yo para nada que quería mover lo trazos que la vida me estaba pintando, y vaya que acogedores no eran, pero eran mios, y sólos se habían trazado. Así con mi conducta cobarde y mezquina (si no pregúntenle a la conciencia para que vean cómo la trate) seguía encontrandome en medio de la nada, sobretodo después de los fingidos orgamos, tan sola como siempre, pero al fin y al cabo -como siempre- nunca lo dejaría porque era cambiar algo a mi futuro. Imagínate yo, pensaba, y qué tal si por andar yo eligiendo me equivoco de línea, y me voy por aquella incorrecta, y me quedo sin migajas y sin miedos, sin penas y sin tristezas, viviendo una incipida vida, en la que ni a un pelado pueda culpar por mis lágrimas. No, no, no, otra vez me convencía la mediocridad del alma.

Entonces un día, no más bueno que malo, pero creo que fue un día, me entere de lo que se enteran todas las que son como yo, ya tiene otra, a la que si le da, lo que no quizo darte a ti (Aquellas temporadas dependiendes de los gustos musicales de mi madre, hacían que Amanda Miguel aún se hiciera notar de vez en cuando en mis pensamientos) Orale, ¡que fuerte! que le vaya bien pues, empece a vociferar y a minorizar la historia, para que no se saliera ni una lágrima mezquina, porque bien merecido se lo tenían por andar de indecisas y atenidas, que se quede pues con ella y que a mi me venga otra historia. Hay que fuerza para fingir todo aquello, hay que ganas de salir corriendo a los brazos de quien fuera que me quisiera consolar, pero ya todo estaba muy bien dicho, y mi plan era ese, que el destino cumpliera lo que tenía que cumplir, y que a mi me llevará lo que tenía que venir por mi, "la chingada" creo que le dicen aún.

Días, noches, tardes dicen que el orden de los factores no altera el producto, pero es que mis tiempos ya no tenían orden. El destino me había arrancado algo, y ahora esperaba que mi costumbre de adecuarme a situaciones existenciales, viniera a reconfortarme con el tiempo. Ni me voy a matar, ni lo voy a buscar, ni me voy a morir, y "nada va a cambiar" otra vez esa ley de apoderaba de mis razones.

Enero, febrero, marzo, abril, todos los meses se fueron creyendo que no sabía contemplar sus momentos, se me fueron amigos que no hice, relaciones profesionales que no cuide, se me fue el alma y se me fue aquella que llamaba vida, no obstante, fuera la peor de las rutinas que uno elije en este mundo. Bah, volveré otra vez, me volveré a enamorar y volveré a fantasear con hombres guapísimos, alguno otra vez se me volverá acercar. Efectivamente, ya todo estaba perdido, y también en este caso la voluntad y yo que no cambiaba nada, ni la forma de vestir, ni la forma de pensar.

Entonces la conocí a ella, olía como los recuerdos de cosas, que ni recuerdo exactamente qué me recordaban, pero que me hacían irradiar por un momento, otros tiempos, en los que no era, como era ahí. Se llamaba, bueno ella era así, muy ella, y cambiaba de forma de ser conforme las situaciones lo iban necesitando. ¿Cómo cambian las cosas no? me decía mientras sonreía como modelando su belleza y provocando el sentido del tacto. ¿Cómo? contestaba sin responder, pues así, contestaba ella, conforme lo necesitan los tiempos, los tiempos no necesitan nada, respondía esta vez yo, necesitan que los conozcamos y que nos prevengamos de ellos muy bien. Por dios ¿cómo habría alguien prevenir algo que ni conoce? pues ni que fuera parto, no entendía muy bien, pero me gustaba dejarme llevar por esa esencia, que hacía que mi vida dependiera de alguien más. y cambie, o me cambio, el caso es que no fuí lo que era desde esa vez, me gustaban otras cosas, ya no me dolía el recuerdo de aquel, y además ya ni siquiera se encendía mi líbido, ni viendo pornografía, válgame pues, que cambiada estaba.

Y es como si fuera un momento mágico en mi mente, porque me acuerdo que ese tiempo fue fugaz para mi, entre los besos de ella y los suspiros vacios, se me resguardo el corazón, hizo una especie de fibrosis en los conductos sentimentales más bien. A todos nos pasa, y eso está bien, ya la vida me llevo por estos rumbos, y perdóname mamá porque así no me educaste, yo también pensaba de niña que sólo las que estaban en la cárcel eran así, drogadictas, locas, reventadas y hasta bisexuales "que horror" sí mamá así diría aquella niña que era yo antes, pero muchos de nuestros niños dirían lo mismo de lo que somos hoy. Ah no, le decía también a mi conciencia, no te justifiques con dolores que ya fueron, eres lo que eres, y perdón por la vulgaridad -se chingó-.

¿Está bien? me siento como prostituta justificada, ¿y qué tienen de malo las putas? preguntaba mi legitimidad, ¡pues son putas! contestaba mi doble moral. Bueno, voy a dejar de ser tan puta y voy a ser más recatada, ¿para qué te vuelvas a enamorar? Y los sinsabores de la vida me opacaban. Así sin mi y sin nadie, así me ví y así es lo que fue. Otra vez el sentimientito este, del estómago intrincado como queriendo pasarse al esófago, como siempre corriendo de las penas y del dolor también. ¡Diablos! ya no hay vida después de taaaaaaanta vida.

De puta no tengo yo nada, ni que cobrará, ya llegará, ¡que va! ni tiene que llegar nadie, porque como pueden los ermitaños, yo también me basto sola, faltaba menos o faltaba más.

¿Cuándo fue que comprendí? que de tanta mierda me ha quedado tanto, que ahora estoy sentaba aquí, resguardando aquellos momentos en el alma, sin sentir si quiera la punzada de alfiler, que solían aplicar al corazón cada vez que mi mente ocupaban. Tal vez ni aprendí nada, y todo esto me lo invento con tal de darle vuelta a lo que he sentido, tal vez, y como dijo Janice Joplin, sólo me queda decir maybe, porqué hasta ahora la vida me confronta con muchas cosas, a las que no puedo aplicarles mis conocimientos empíricos de la vida que llevaba y llevo arrastrando, cada vez más fuerte, cada vez más simple yo sé.

Ya sin miedos de ser puta, lesbiana, tarada, corriente o drogadicta en el "pior" de los casos me he quedado con la resulta, de que me llamo, me llamo_______ y el destino que me rige no será más benévolo, si lo dejo irse libre o si le tomo la rienda y le encajo la riata (aunque suene vulgar qué pues) Ya termine, con lo que ya he vivido, aunque lo que vivo hoy, no carece de ninguna lágrima, ni de ninguna sonrisa, sea esta de trasfondo o de tanta ligereza cargada.

Un beso para el recuerdo
La que no existió, la que me inventó una mala jugada.
Sólo préstame un momento, para hacer de él toda una eternidad de recuerdos

S?lo préstame un momento, para hacer de él toda una eternidad de recuerdos